Una mañana, un gran charco en el suelo de la cocina, sigiloso e inesperado, marca el comienzo de una vida cotidiana de cubos y barreños: algo incontenible de pronto se ha desbordado sin remedio en casa de Kirsty Bell. Sin duda, un reflejo de la quiebra, del hogar roto. Ahora bien, esa agua que fluye también da cuenta de la tumultuosa historia del edificio en el que se encuentra su piso, un majestuoso inmueble del siglo XIX a orillas del canal Landwehr de Berlín, asentado en el Oeste pero mirando hacia el Este, en un terreno inscrito indeleblemente en el trauma, en el centro de grandes metamorfosis históricas y de pequeños cambios domésticos.
Las apremiantes goteras y filtraciones que acechan su vida familiar desaguan, metafóricamente, en el canal que hay frente a su casa y en la ciénaga sobre la que se erigió la capital alemana. Cuando su matrimonio se viene abajo, Bell se obsesiona con la historia de su vivienda y de Berlín, su ciudad adoptiva y ciudad natal de sus hijos. Tomando el panorama desde su ventana como punto de partida, recurre, como si de una tabla de salvación se tratara, a la vida de los diversos habitantes del edificio, a los textos de Walter Benjamin, Franz Hessel, Rosa Luxemburgo o Gabriele Tergit, y a las protagonistas de las obras de Theodor Fontane, Maxie Wander y Rainer Werner Fassbinder para intentar mantenerse a flote. De esta indagación surge una deslumbrante obra memorialística y de crítica cultural, además de una nueva topografía, que aprovecha las corrientes subterráneas, literarias y literales, para recuperar historias no contadas u olvidadas —sobre todo las de las mujeres— bajo las capas narrativas habituales de la gran metrópolis y reconstruir, junto con el pasado ajeno, también su propia vida. Humano, estimulante y conmovedor, Corrientes subterráneas es un retrato literario híbrido de un lugar que aboga por lecturas radicales de nosotros mismos, nuestras ciudades y nuestras historias.
«Es fácil dejarse llevar por estas corrientes subterráneas, por el ímpetu de la prosa, el movimiento a través de una ciudad que se resiste. Como en otros clásicos del descubrimiento urbano, lo personal se universaliza y el pasado que exige vivir el presente se revela como un nuevo y resplandeciente arrecife. Mientras regresamos, una y otra vez, a la figura solitaria en la ventana».
Iain Sinclair, autor de London Orbital
«Un libro apasionante sobre cómo encontrar la verdad de la historia de una ciudad significa encontrar la verdad propia».
Kirkus Reviews